Al llegar a la cafetería, Biel esperaba fuera, en la entrada. Estaba mirando al móvil, y Prue se quedó mirandolo desde lejos. La verdad es que era bastante atractivo: fuerte, pero no demasiado; moreno, alto, una mandíbula perfecta... "por dios Prue, céntrate".
Se acercó a Biel y lo saludó.
Prue: -Hola Biel.
Biel: -Hola Prue. ¿Entramos?
Prue: -Claro, vamos.
Después de pedir un par de cafés, se sentaron. Al principio ninguno hablaba, pero Biel no tardó en matar el silencio:
Biel: -Este café está buenísimo, tengo ganas de pedir trabajo aquí para aprender a hacerlo.
Prue: -Puedes poner el nombre del café en internet y quizás te salga la receta.
Biel: -Sí, es buena idea. - sonrió a Prue, y se alegró de haberla hecho hablar, aunque fuera sobre un estúpido café.
Prue: -Está la cafetería un poco vacía, qué raro...
Biel: -Todo el mundo debe estar en la bolera, allí suelen reunirse los fines de semana.
Prue: -Pues mi café no es nada del otro mundo.
Biel: -Cuando acabemos, podemos ir a la bolera.
Prue: -Nunca he jugado a los bolos.
Biel: -Así aprendes.
Ya en la bolera, Prue y Biel estaban empezando una partida. Biel compró un par de bebidas nuevas, de unas hierbas. Sabían como a té, y estaban buenísimas.
Biel: -Ten cuidado, que la pista resbala.
Prue: -Vale.
La primera partida la ganó Prue, pero las dos siguientes las ganó Biel.
Biel: -La suerte del principiante, jajaja.
Prue: -A mi estas cosas no se me dan bien.
Se fueron a la sala que había al lado, y se sentaron. Parecía una discoteca dentro de la propia bolera. Con la música tan alta, tenían que gritar bastante para oirse, así que acabaron acercándose para escucharse.
Prue: -¡Está demasiado alta la música, me voy a quedar sorda!
Biel: -¡Pues si vas a un concierto te da un infarto! - Biel aprovechó para ponerle la mano en el hombro, con la excusa de que no se oían y tenían que hablarse al oído.
Prue se puso nerviosa, y miró hacia afuera. Por la ventana vio que pasaban bastantes personas. Nunca se había parado a fijarse en la cantidad de gente que había en la universidad. Se quedó atontada mirando al mar de gente pasar, cuando de repente pasó George.
Iba con cara triste, y mirándose los pies. Prue se preguntó que le pasaba, así que le dijo a Biel que esperara un momento.
Prue: -Ese es el hermano de Melanie, voy a ver qué le pasa. - salió fuera y le llamó - ¡George! ¡George, soy Prue! - se le acercó y le tiró del brazo. George, al ver a Prue empezó a llorar, pero como si alguien le hubiera quitado el sonido con un mando. Le salían las lágrimas sin parar.
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