domingo, 27 de julio de 2014

28. Capítulo final. Bienvenida al resto de tu vida.





Mike: -¡¿Qué?!
Ana: -...
Melanie: -Jo-der.
Mike: -¡Me dijiste que había muerto!



Ana: -Juré que te diría eso. Tú... yo...
Mike: -Venga ya, has empezado, dilo todo de una vez. Deja de mentirme.
Ana: -No te quería mentir, pero es que tú no tenías que saber esto nunca. Este piso lo pagó él. Tu colegio lo pagó él. La universidad... el coche... Todo, Mike.
Mike: -¿Pero por qué? ¿Por qué pagó todo eso y no lo conozco?
Ana: -Mike, antes las cosas eran diferentes.
Melanie: -Yo os dejo solos si queréis, esto es un asunto familiar.
Mike: -Venga ya, tú eres mi familia.
Ana: -Quédate, por favor. - Melanie volvió. Todos se quedaron callados por unos segundos que se les hicieron eternos. - Verás Mike, como ya te he dicho, es tu padre. Pero no pudo reconocerte como tal, ni nos casamos, por que su familia es de dinero y ya le habían prometido con otra chica.
Mike: -Eso suena... arcaico.
Ana: -En la gente normal, como nosotros, eso no pasa. Pero la familia de tu padre tiene muchísimo dinero, demasiado. Suelen querer cubrirse las espaldas y, si es posible, aumentar la fortuna.
Melanie: -¿Tan rico es? La revista que publica no es ninguna maravilla...
Ana: -Ese es el primer negocio que monta por su cuenta, sin ayuda de su familia.
Mike: -¿Él sabía que Melanie y yo estamos juntos? Viviendo aquí.
Ana: -No. Pero supongo que al llevarle Melanie la carta lo habrá descubierto.
Melanie: -Por eso se puso nervioso... oye, tu padre no es antipático, pero se nota que se toma en serio el trabajo.
Ana: -Él siempre fue muy amable... - dijo Ana con una sonrisa melancólica. - Mike, nunca quiso dejarnos solos, pero luchar contra la familia a veces es muy complicado hijo.
Mike: -¿Por qué decidiste tenerme si sabías que crecería sin un padre?
Ana: -Oh... cuando lo supe y se lo dije, hicimos planes de fugarnos. De hecho lo logramos. Pero nos encontraron en menos de una semana. Eramos menores de edad y podían manipularnos como quisieran.
Melanie: -Eso es horrible Ana.
Ana: -Bueno, aunque su familia se interpuso él me ayudó, ya sabes... - señaló el piso - esto es una muestra de que le importas.
Mike: -Yo... necesito pensar en todo esto.

Melanie: -Cuando se enfada siempre se encierra en la habitación.
Ana: -Cuando era un niño hacía lo mismo.
Melanie: -¿Qué es eso que te hicieron firmar?
Ana: -Era una especie de contrato en el que me facilitarían la vida si mantenía el pico cerrado.
Melanie: -Vaya... y ahora que Mike sabe esto, ¿qué?
Ana: -Pues no lo sé... pero por suerte yo tengo un trabajo y una casa a mi nombre. Si dejo de recibir dinero sobreviviré. Y ahora que Mike tiene su casa también, a ti, sé que he hecho bien.
Melanie: -El señ- Duncan quiero decir... ¿te quería?
Ana: -Sí... él se casó y tuvo hijos, de acuerdo a lo que sus padres querían, pero en su momento me quiso.









Dos años después






Prue: -Bueno, no se me nota, ¿no?
George: -No, estás perfecta, no se te nota.
Prue: -Menos mal, pensé que no me serviría el vestido.
George: -El médico dijo que los primeros meses, no se nota. Tenemos tiempo de decirlo más adelante, hoy es el día de Mike y Mel.
Prue: -Tienes razón.



***

Prue: -¿Nerviosa?
Melanie: -Un poco, la verdad...
Prue: -Yo creo que ya estás.



Melanie: -Uau... este vestido es precioso. Gracias por ayudarme a elegirlo Prue. - se abrazaron y a Melanie se le llenaron los ojos de lágrimas - Oh joder... ya empiezo a llorar.
Prue: -Toma - le dijo dándole un pañuelo - contrólate mujer.



Melanie: -Así que tú y George estáis juntos... vaya cosa, al final hemos acabado siendo familia.
Prue: -Sí. Me alegro por eso y por ti.
Melanie: -Oh para... que si no lloro.
Prue: -El coche está fuera esperando, en cuanto quieras salimos.
Melanie: -Ya estoy, vamos.

***

En el lugar de la boda estaban todos esperando a Melanie. Mike y George hablaban animadamente.

George: -Vaya vaya, esto es la vida. - dijo melancólico.
Mike: -Qué nervios por favor, a ver si llega ya Melanie.



George: -Estoy deseando hincarle el diente a ese pastel...
Mike: -Solo piensas en comer, si no te conociera pensaría que tienes alguna enfermedad estomacal.
George: -Oh, Mike ve a tu sitio.
Mike: -¿Ya está aquí?
George: -Sí.



***

Melanie se bajó del coche con Prue, y se quedó mirando el lugar. Habían elegido una boda sencilla, sin iglesia ni cura, ni nada de eso. ¿Qué pintaba todo eso entre ellos? Nada. Con sus palabras ya sería suficiente. Ya irían en otro momento al juzgado a casarse.



Prue: -Yo voy a sentarme, ¿vale?
Melanie: -Vale, ve.
Ernesto: -Hija, estás preciosa.
Melanie: -Gracias papá.
Ernesto: -¿Vamos?
Melanie: -No me sueltes.



Cuando Melanie se aproximó a la zona de la ceremonia, todos se sentaron y guardaron silencio. Se oía el agua de fondo, los pájaros y poco más. La naturaleza. En ese momento de tranquilidad, recordó el momento en que Mike le pidió que se casaran.



*flash-back*

Estaban en casa cenando tranquilamente. Ese día Mike había conseguido que Alba, la madre de Melanie, le cocinara un plato especial, tenían champán y estaban a la luz de las velas, con la ciudad de fondo.

Mike: -Ahh... tu madre hace platos dignos de los dioses. Esto estaba buenísimo.
Melanie: -Tengo que reconocerlo, es totalmente cierto. Pero como yo he crecido comiendo así me parece de lo más normal, jajaja.
Mike: -Entiendo. - se quedó mirándola a los ojos, con intensidad.
Melanie: -¿Qué? Vas a conseguir que me ponga roja... velas, cena, champán, ... ¿quiere conquistarme señor Tamer?
Mike: -Todos los días.



Melanie: -Gracias.
Mike: -Llevamos juntos unos tres años, vivimos juntos, ... quiero casarme contigo, Melanie Stevens.
Melanie: -Uau... yo... Mike yo no creo en eso.
Mike: -Yo tampoco, pero por esto - dijo cogiéndole la mano - sólo por eso, me casaría. Te quiero, y quiero casarme contigo.
Melanie: -Uff, el señor insistente está sentado a la mesa por lo que veo.
Mike: -¿No quieres?
Melanie: -No. Bueno, sí. Pero por la iglesia no.
Mike: -Yo tampoco.
Melanie: -Si es así, entonces sí. Sí quiero.
Mike: -Gracias.



*fin-flashback*



Mientras caminaba hacia donde le esperaba Mike, agarrada del brazo de su padre, empezó a sonreir, y Mike le devolvió la sonrisa. Esa sonrisa de niño grande que solamente le dedicaba a ella.



Durante la ceremonia, primero habló Melanie, y luego Mike. Todos lloraron un poco de alegría, y finalmente se dieron los anillos y el beso.

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